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Mostrando entradas de 2020

Mañana, mayormente soleado -relatos de historias que capaz sean de amor-

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"Paso uno" -primera parte- El salón del restaurante en el segundo piso encendía sus luces este viernes, en medio de un  atardecer que no quería renunciar al ardiente sol de enero. El obediente personal esperaba que se hiciera de noche para ver si el blanco voile que colgaba de la excesiva ventana se agitaba, apenas, con una brisa. De las dieciocho mesas que vestían de roble el ambiente, solo cinco estarían en reposada actividad, según me mencionó el maitre cuando entablamos un amable saludo que pudo haber durado un poco más si no hubiera sido porque un estruendoso sonido se precipitó desde la cocina. Le dije a este académico señor que yo, por mí mismo, hallaría mi mesa. No llegué a escuchar su respuesta porque tuvo que abandonarme para desaparecer a interiores, en un movimiento casi escénico. Aproveché también y salí de cuadro.  Quiero convencerme que el lugar que escogí para esta inverosímil primera cita es el adecuado, por no presumir de ideal, a efectos de conocer a una

Búsquedas -cuarta-

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IV Pienso que no podría describir con palabras y menos en una frase, cuál era la promesa que hizo, o que hicimos. De todos modos, presumo que no es oportuna. Despegarnos del abrazo fue sencillo. Luego de que él jugara a la intriga, ya se podía leer en mis movimientos que nunca me gustaron los enigmas. Lo invité a beber el deseado café. Eligió la barra para sentarse, no era una opción ir a una mesa y perderse ningún detalle de mi obra. Ocupé mi puesto detrás del tablón y gané confianza como para indagar mientras recuperaba mi espontaneidad. -¿Cuántos días vas a estar? Mi pregunta lo sorprendió con la mirada en mis manos y sin decoro, respondió. -No tengo fecha de regreso. Y su sonrisa la percibí como la primer provocación de las que conjeturé, vendrían después. Arrimé las tazas con el humeante café y decidí permanecer parada sobre mis botinetas texanas que ahora se fijaban al suelo para continuar con alguna ansiedad la charla. -¿Dónde vas a alojarte? Ariel tomó su taza, la llevó hacia

Que sea amor

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Que sea amor, mientras recorro este paisaje y su cielo inmenso cuando hago mi meditación bien temprano cuando lo primero que escribo en el día  no es para vos. Cuando sueño esas cosas imposibles, porque así soy. Que sea amor si no te nombro porque ahí estás, tan reciente, tan preciso. Cuando no sea que solo quiera verte, porque me basta tocar tu pelo. Cuando me emocionan las cosas buenas de la gente, que son muchas, que me colman. Cuando sonrío porque sí a quien me mira y no me ama. Cuando no te pienso por pensarte, porque de imaginar no solo vivo. Cuando el agua que cae de cualquier naciente me invoca a andar descalza, pero de tu mano. Que sea amor no es una meta, no es un deseo, es mi manera de mostrarles a todos, que sos mi recompensa.

dar gracias

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al sol a mis ojos a la brisa a la mañana al espejo a mi diario a la luz a la oscuridad al vino al mar al sofá a la calle vacía al bar al jazz a las hojas a mi piel a un paseo por el río al agua a la sed al sueño al suelo a mi ropa y a tu olor... les agradezco por estar, más allá de vos.

hacia adelante

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tus manos y mi amor.  tus abrazos y mi sonrisa mientras sueño. tu voz y mi vida por delante, una porción de felicidad que me guardo para saborearla juntos.

SEXI

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Dejé mi cama desecha, con las sábanas arrugadas, olor a sexo y ropa en el piso. Es como si quisiera recordar esta herida de guerra mientras busco alguna serie para mirar. Tampoco fui a ducharme, me puse apenas ropa para despedirlo en la puerta. Fue dificil poner fin a los besos. Con Martín me es dificil cualquier límite. Pero me gusta mi piel después de hacer el amor con él. Miro al techo, cierro los ojos y quiero recordar cómo fue nuestra noche. Que empezó mientras me vestía, mientras elegía mi ropa interior e imaginaba los lugares en donde íbamos a estar desnudos, en casi toda la casa. Tenía, entonces, la seguridad que esto iba a ocurrir apenas nos viéramos; ni bien cruzara la puerta y nos besáramos, sin importar que nos interrumpiera la llegada de la comida. Pero no  fue así. Vuelvo a el momento en que nos encontramos. La mirada estaba cargada de excitación pero solo nos besamos brevemente. Dejó el casco, se quitó la campera y me pidió con sus manos un abrazo. Nos abrazamo

único

Estaba segura que no te amaba, porque me viene bien tener certezas para todo. Pero más aún que amarte, que  no puedo demostrarlo, te respiro, y más de lo que necesito para vivir. Vayamos a ninguna parte, miremos nunca, ninguna película. Caminemos jamás descalzos en la arena y por nada del mundo, me traigas una rosa con el desayuno. No hagamos nada de nada, porque que ya hicimos todo, cuando nos cruzamos ese único momento. a vos