MAÑANA, MAYORMENTE SOLEADO
PASO UNO -tercera parte- Los viernes no me despierto antes de las diez, a menos que alguno de mis hermanos llame al teléfono del departamento. Mientras asimilo quién soy y qué día es, me desplazo hacia el living con la certeza de que el impaciente es Maxi, la novedad, decirme que hoy festejamos el cumpleaños de papá. Le dije que luego hablábamos, había algo que todavía no lograba descifrar. Volví a mi cama de la que ya había sido expulsado y me quedé en la insonoridad de mi mañana. Hoy era el día de nuestra relegada cita con Amelia y no parecía ser una buena opción si después de estos siete aligerados meses, era yo el que fallaba. Me quedé unos minutos recostado antes de salir a fundar el día. Habrán sido unos tres minutos hasta que escuché el teléfono vibrar en la mesa de noche. Tal vez a Maximiliano no le bastaba con despertarme que tenía que asegurarse que todos estemos notificados haciendo extensiva la invitación en el grupo de hermanos. Nadie respondía nada. Tomé el teléfono para