Mi nuevo año empieza

Me queda una semana de estos increíbles 40 años y todavía estoy esperando que ocurra la crisis de edad.

A los 40 volví a estudiar, algo que no imaginé para estos años; conocí mucha más gente que cuando iba a bailar en el secundario y siento que estoy aprendiendo "mejor" que cuando iba a la universidad...

Hay algún mito con la edad redonda o con el salto de década y no es errado pensar que se distingue un cambio notorio.

Pero no tiene que ver con ese "cero" que suma en los años; tiene más que ver con lo que se piensa que debería o no pasar a esta edad.

Elijo quedarme con lo que pasa por mi cabeza: la responsabilidad por estar bien. El cumplir con mis objetivos y no tanto con los de otros;el buscar solo imágenes que creo para que inunden mis pensamientos.

Incertidumbres y preocupaciones siempre se tienen, en este caso, solo existen para revisarlas al igual que cualquier otra tarea de rutina (a mi me funciona ocuparme primero de estos asuntos más "incómodos" y darle el espacio necesario: ni más ni menos). 

He decidido festejar los cuarenta, ahora que cumplo 41.Porque soy así... porque en algunas cosas me tomo mi tiempo para decidir.

Me abrazo a los 41 y espero así sea con cada año que cumplo.

Soy un año más experimentada en varias cosas: en relaciones de amistad, en donde he afianzado muchas y en donde otras las voy "soltando" (palabra de moda pero que me sirve aplicar acá); un año más experimentada en mi aprendizaje como madre de un hermoso niño (no tan niño ya) de 12 años. Más experiencia tengo, en resolver esos asuntos "urgentes" que se relacionan con la seguridad, con el  bienestar, con las obligaciones... Soy más experimentada en las relaciones amorosas y agradezco el mundo de posibilidades que se abren en mi vida.

Lo mejor de todo, es que también me abrazo a seguir aprendiendo, algo que no va a terminar de suceder así cumpla 100 años (¡ups! otro número redondo... capaz que para entonces escriba sobre eso...).

Celebro mi edad porque me siento libre y entiéndase la palabra "libre" en una definición bastante amplia. A mis 40 entendí también, que siempre lo fui. 

Empiezo mi semana de cumpleaños, expectante, atenta y entusiasmada. Adoro todo lo que viví y espero todo lo que está por venir, con amor.